Últimamente no se habla de otra cosa. "Hondalea", la escultura de Cristina Iglesias ubicada en la Isla de Santa Clara, se ha convertido en el tema de conversación de los últimos meses. Quizás se deba a su ubicación, a la obra en sí, a lo rápido que se agotaron las entradas para visitarla o a las cancelaciones debidas a la rotura de la bomba. Lo que sí es seguro es que la escultura de Cristina Iglesias no deja indiferente a nadie. Os contamos más de ella y de cómo fue nuestra visita a la Isla de Santa Clara.
¿Quién es Cristina Iglesias?
Galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas, Cristina Iglesias (Donostia, 1956) puede presumir de ser una de las esculturas españolas más reconocidas a nivel internacional del momento.
Su excelente uso de los materiales ha dado como resultado un amplio legado de obras que abarcan desde instalaciones hasta tapices, pasando por serigrafías: la Exposición Universal de Sevilla, la Kunsthalle de Berna (Suiza), El Guggenheim de Nueva York y el de Bilbao o el Palacio de Velázquez de Madrid son algunas de los museos e instituciones donde se han expuesto las obras de Cristina Iglesias.
Pero su ciudad natal, Donostia, no contaba con ninguna obra de la artista por lo que, desde hace 5 años, el ayuntamiento de Donostia-San Sebastián e Iglesias han estado trabajando en Hondalea que, por fin, ha visto la luz este junio.
¿Qué es HONDALEA?
Excavada en el interior de la casa del faro vaciada, la obra de Iglesias incorpora la peculiar geología y ecología de la costa vasca y la bravura de las aguas del océano que rodean la isla y aporta, como todo lo que hace Iglesias, una renovada concepción de la práctica de la escultura.
"Hondalea" no es solo una escultura. Iglesias busca un simbolísmo entre las obras y el espacio; de ahí que lo conciba como una experiencia. Busca convertir un lugar icónico de la ciudad y transformarlo en un espacio de reflexión y comunicación con la ciudad y el mar.
¿Cómo llegar?
La Casa del Faro permanecerá abierta entre el 5 de junio y el 30 de septiembre y es necesario adquirir las entradas con anterioridad en este link (actualmente quedan tickets para septiembre).
La
visita a la obra es gratuita. Solo deberás pagar el transporte hasta la isla. Las Motoras de la Isla son las encargadas de hacer el recorrido desde el puerto hasta la isla. Existen dos líneas; la línea roja que incluye únicamente translado de ida y vuelta y cuyo precio es de 4€ y la línea azul que cuenta con visión submarina y que además del viaje de ida y vuelta a la isla, también realiza una pequeña excursión por la bahía. En este caso, el precio es de 6,5€ y podéis comprar los tickets por internet.
El viaje de la línea roja tiene una duración aproximada de 10 minutos mientras que la línea azul tarda unos 30 minutos. Se aconseja llegar con, al menos, 30 minutos de antelación a la isla.
La isla
La Isla es un lugar muy atractivo y bastante desconocido. Cuenta con una pequeña playa que se deja ver cuando la marea está baja y una piscina de agua natural que se llena cuando la marea sube.Además hay un pequeño chiringuito cuyas vistas hacia la Bahía y a la ciudad son impresionantes. A lo largo de la isla encontraréis zonas donde poder comer o pasar un día en familia o con amigos con árboles, mesas, bancos...
Una vez en tierra en la isla, hay que recorrer una empinada y adoquinada senda durante un cuarto de hora hasta llegar hasta la casa. No es un lugar accesible para personas con movilidad reducida por lo que tenerlo en cuenta si pensábais ir.
Eso sí, las vistas desde la zona alta de la isla, donde se encuenta la Casa del Faro, merecen la pena. Nos dan una panorámica de la Bahía impresionante así como unas vistas de la zona trasera que da a Igeldo.
La experiencia
Una vez que llegamos a la Casa del Faro, organizan la visita según los horarios y en pequeños grupos de 10 personas.
Dos guías nos dan la bienvenida y nos dan una pequeña introducción de
lo que vamos a encontrarnos en el interior. Las explicaciones son muy
breves y bastantes simplistas ya que, al parecer, la propia Iglesias
quiere que cada uno interprete la obra a su manera y sin condicionantes.
Pues, así es, la escultura no aporta nada a lo que podemos contemplar en el entorno, mucho más sugerente que la obra escultórica de Iglesias. Quizás en una zona del interior podría tener sentido, pero en la isla no le veo. Jesus
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