Balenciaga
es, quizás, una de las casas de moda con mayor tradición e
historia. “La alta costura es como una orquesta cuyo director es
Balenciaga”, así se refería Christian Dior a su gran amigo, y en
aquella época rival, Cristóbal Balenciaga. Desde sus inicios la
casa de modas nos ha regalado vestidos épicos que pasarán a la
historia. Las líneas puras y los volúmenes cincelados fueron el
elemento diferencial de un diseñador que marcó una época. Desde
entonces, la maison
ha pasado por diferentes etapas, todas ellas marcadas por las manos
de los grandes directores creativos que ha tenido. Hoy, Balenciaga
reescribe su historia bajo nuevas premisas pero sin olvidar, ni
perder, el ADN: la arquitectura y la construcción.
Por
sus filas han pasado diseñadores de la talla de Josephus Thimister,
quien comenzó la restauración de Balenciaga como una marca de “alta
moda”. Tras
él, en 1997, llegó Nicolás Ghesquière que durante 15 años estuvo
al frente de la dirección creativa de Balenciaga. Fue el encargado
de protagonizar una nueva época dorada de la maison
caracterizándose por su permanente visión de futuro. Tras la marcha
del francés a Louis Vuitton fue Alexander Wang, el “niño mimado
de la moda”, quien le sustituyó. El creador californiano supo
valorar y desarrollar la gran oportunidad que le brindó Balenciaga
para experimentar con la forma pero, sobre todo, con los nuevos
tejidos, un concepto "muy Balenciaga". Wang consiguió un plus para la
marca añadiéndole frescura sport y sobriedad, sin olvidarse del
abrigo cocoon en versiones que se convirtieron en hit, como
la jaspeada.
Colección de Alexander Wang para Balenciaga. |
Colección de N.Ghesquiere para Balenciaga. |
Cuatro
décadas y tres años después de la muerte del creador de la
estructura cocoon, y tras la reciente, y sorprendente, salida de
Alexander Wang, la casa nombra a Demna Gvasalia como su sucesor. El
ahora director creativo de Balenciaga comenzó su vida profesional en
un ámbito que poco (o mucho, según cómo se mire) tiene que ver con
la industria de la moda: la economía. Como no podía ser de otra
manera, el
diseño se cruzó en su camino y cursó estudios superiores en la
Real Academia de Bellas Artes de Antwerp.
Pese a su poca experiencia, la moda se convirtió en una obsesión
para él y en 2009 ingresó en la casa Margiela,
justo tras el retiro definitivo del fundador de la icónica firma.
Cuatro años después, en 2013, Demna
se marchó a Louis Vuitton,
consiguiendo hacerse un hueco y convirtiéndose en el diseñador de
colecciones femeninas más reputado (primero bajo las órdenes de
Marc Jacobs y después, brevemente, bajo las de Ghesquière) Tras
este período, llegó
su proyecto más personal: Vêtements.
Vêtements
ha conseguido,
en muy poco tiempo, un
grupo de clientes de renombre entre los que se encuentran
Kanye
West o Jared Leto. Desde 2014 la firma desfila en París y en la
pasarela podemos ver cómo ha convertido la estética grunge
más normcore
en su seña de indentidad. Un ascenso al estrellato rápido que tiene
su base, además de en sus creaciones, en las excéntricas puestas en
escena: restaurantes chinos o clubs inhóspitos, además de su
peculiar casting de modelos y ese allure
indescriptible que convierte todas sus creaciones en pura vanguardia cool.
La firma fue
elegida por LVMH como finalista en
el premio que otorgan a talentos emergentes donde quedó demostrada
la maestría de Demna Gvasalia.
“Gvsalia
se ha impuesto rápidamente como la mejor opción para la nueva
dirección artística de la maison”,
aseguró la directora general de Balenciaga, Isabelle Guichot, quien
además destaca del diseñador elegido su “dominio de la
tecnología” y “los conocimientos y la cultura de la moda
adquirida en sus diferentes experiencias”. “Aporta una mirada sin
precedentes a la función creadora y recuerda en este sentido la
visión de Cristóbal
Balenciaga. Estoy
segura de que va a tomar los valores más profundos de Balenciaga y
adaptarlos al mundo cambiante de hoy”, añade. François-Henri
Pinault,
director ejecutivo de la firma.
El diseñador
alemán, que seguirá dirigiendo Vêtements,
se estrenará con la presentación de la colección otoño-invierno
2016/2017, a principios del próximo mes de marzo en París. "Me
siento extremedamente orgulloso y emocionado por el hecho de que se
me haya dado esta oportunidad de aportar mi visión a Balenciaga, una
casa con una historia excepcional en lo que se refiere a empujar los
límites de la modernidad en la moda", confesó Gvasalia al
portal especializado Women's
Wear Daily
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